Recuerdo que cuando era más joven, solía juntarme con gente como yo a la que le gustaba salir de fiesta, beber, jugar videojuegos y modificar coches. Nos llevábamos bien sin problemas.
Todos los fines de semana íbamos a la ciudad más cercana para ir a los clubes más de moda, beber y luego volver al hotel borrachos. A la mañana siguiente íbamos a los centros comerciales y gastábamos dinero que no teníamos.
Durante los fines de semana, nos juntábamos para pasear por la ciudad en nuestros coches, jugar videojuegos y salir a comer. Encontrábamos formas de perder el tiempo.
En realidad, no había nada emocionante en la forma en que vivía…
Entonces, un día, decidí cambiar. Me di cuenta de que estaba perdido y que necesitaba hacer algunos cambios en mi vida si quería mejorar. No estaba contento con la forma en que mi vida estaba cambiando.
Lo primero que hice fue aceptar que estaba en el camino equivocado. Una vez que lo hice, descubrí que estaba hecho para servir a la gente y que si quería mejorar mi vida, necesitaba mejorar la vida de otras personas.
Sabía que me faltaba conocimiento para ayudar a la gente, así que empecé a estudiar y a leer libros sobre psicología, comportamiento humano, negocios, dieta, salud, biografías, rehabilitación y otros. Una de las cosas que aprendí fue que mi entorno tenía mucho que ver con mi éxito y si quería tener éxito en la vida necesitaba imitar a aquellos a quienes admiraba. Además, necesitaba empezar a pasar tiempo con personas que quisieran que yo tuviera éxito y que practicaran hábitos de éxito.
Así que empecé a fijarme metas y a trabajar en ellas y empecé a conocer gente nueva con deseos similares a los míos, pero no todos querían que yo tuviera éxito…
Dejé de juntarme con mis viejos amigos. No tengo nada en contra de ellos. Nuestros objetivos para entonces eran diferentes; ellos querían seguir haciendo lo mismo que hacíamos frecuentemente. Me recordó a cuando iba a raves y clubes y veía gente mayor de 40 años y me preguntaba cómo seguían viviendo como si la vida no importara.
Hice nuevos amigos que querían que yo tuviera éxito, apoyaban mi sueño y tenían objetivos similares a los míos.
Aquí te voy a dar algunos de los beneficios que estoy disfrutando porque paso tiempo con las personas adecuadas…
Apoyo total
Cuando decides arriesgarte en una nueva aventura, tus nuevos amigos están dispuestos a ayudarte a tener éxito en tu nueva aventura. Te preguntan cómo te va, escuchan todo lo que tienes que decir y te aconsejan si lo necesitas.
Son un ejemplo
Por supuesto, quieres líderes en tu grupo de amigos y ellos son un buen ejemplo de quién quieres ser o de lo que necesitas hacer para convertirte en la persona que quieres ser. También están trabajando para mejorar ellos mismos.
Te motivan
Cuando la vida se pone difícil o dudas de ti mismo, ellos están ahí para motivarte. Esta no es una motivación superficial. En realidad, están ahí para encontrar formas de ayudarte a salir del agujero de la negatividad y seguir progresando en tu vida. Si solo necesitas a alguien que te escuche, ellos están ahí para hacerlo.
Practican hábitos de éxito y te hacen parte de ellos
Siempre están trabajando para mejorar haciendo ejercicio, caminando, corriendo, asistiendo a seminarios, leyendo, tomando clases, aprendiendo nuevas habilidades, asistiendo a la iglesia y muchas otras cosas. Quieren que tú también mejores y por eso te invitan a hacer lo mismo que ellos.
Se divierten
Las personas exitosas también se divierten y les encanta invitar a quienes comparten su camino con ellos.
Mi vida ha cambiado drásticamente. No solo soy feliz, que es lo que realmente importa, sino que he logrado muchas metas que nunca hubiese alcanzado si hubiera seguido viviendo como lo hacía.
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